Por: Dra. Naychaly Rivera Nieves
Psicóloga Consejera, especialista en parejas
PIENSA Psicología Innovadora
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La Terapia sensorial en parejas tiene como
objetivo central lograr que las parejas se aprendan a conocer a
profundidad a nivel sensual, erótico y sexual de manera positiva y afectiva.
La premisa básica de este enfoque es que “sistemáticamente nos centramos
en sentir de manera focalizada cada uno de nuestros sentidos”. Esto
implica poder maximizar el conocimiento y sensibilidad del sentido del gusto,
el olfato, el tacto, la audición y la visión a través de afinar nuestra
percepción en cada uno de ellos. Como se trata de afinar nuestros sentidos, es
necesario que podamos cumplir con tres reglas claves que provienen de las
antiguas sabidurías del tantra. Estas claves son: No tener prisa o urgencia,
No sentirnos forzados a nada y buscar la prolongación de nuestro
disfrute.
Esencialmente cada uno de nosotros tenemos un
lenguaje sensorial y debemos aprender a descubrirlo. El mismo está
implícito en nuestras preferencias innatas y peticiones hacia nuestra pareja.
Por ejemplo, “me gusta verte con ese vestido” puede ser una expresión simple,
pero la persona lo que está expresando es una clara manifestación de su
lenguaje primario sensorial, en este caso la visión; otros pueden expresar “me
gusta tu aroma” otro ejemplo de una persona olfativa. Muchos de nosotros tenemos
múltiples lenguajes, la clave es conocerlos y potenciarlos al máximo para
nuestro disfrute.
Al expresarnos y descubrir nuestros sentidos
en pareja, retomamos la chispa de la pasión que tanto anhelamos mantener a lo
largo del tiempo en nuestra relación. Poco a poco comenzamos a abandonar la
ansiedad y las inhibiciones que nos limitan a disfrutar con
En este punto debemos estar preguntándonos,
pero cómo logramos esto, he aquí algunos ejercicios simples inspirados
por algunas recomendaciones del libro “Power of Sex”:By Arvind & Shanta:
Ejercicios para despertar los sentidos
Ejercicios para el sentido del olfato
Elige seis cosas que tengan suaves aromas que las
diferencien, por ejemplo, la cáscara de un limón, un trozo de chocolate, un
jabón perfumado, una rebanada de pan tostado, unas hojas de menta y un palito
de incienso. Colócalas sobre una superficie, separadas entre sí, y siente su
olor individualmente, inhalando profundamente para que tengas una clara
impresión de cada aroma. A continuación, pon una venda en tus ojos y pide a tu
pareja que te acerque cada objeto en un orden distinto para que tú lo
reconozcas por su olor. Luego, pide que agrupe los objetos en grupos de dos,
huélelos y reconócelos. Finalmente, tu pareja hará grupos de tres objetos para
que los puedan identificar a través de tu olfato.
Ejercicio sensual para el olfato
Siéntate en una
silla baja, y pídele a tu pareja que acerque hacia ti distintas partes de su
cuerpo para que te familiarices con su olor, por ejemplo, las manos, mejillas,
brazos, espalda, pecho, estómago, ingle y muslos. Ahora, venda tus ojos y
repite el ejercicio, esta vez pidiéndole a tu pareja que acerque esas mismas zonas de su
cuerpo en distinto orden para que tú las reconozcas.
Ejercicios para el sentido del gusto
Limpia tu boca, lengua y garganta haciendo gárgaras
con un poco de agua y luego bótala.
Coloca un poquito de sal en un vaso de agua y
revuelve. Prueba el agua. Si no puedes percibir el sabor salado, agrega sal de
a poco hasta que lo distingas. Repite el mismo ejercicio con azúcar y luego con
jugo de limón.
Haz el hábito de identificar los ingredientes en
cada plato que comas. Esto te permitirá afinar tu sentido del gusto a semejanza
de los catadores de vino.
Ejercicio sensual para el gusto: Pide a tu pareja
que se bañe usando un jabón muy suave y sin aroma. Luego se tenderá sobre la
cama sin ropa. Tú te acercarás e irás probando
con tu boca distintas zonas de su cuerpo,
las que desees. Aprecia el gusto de cada parte de su cuerpo y reconoce la
diversidad de sabores. Después, venda tus ojos y pídele que acerque en otro
orden esas mismas zonas, para que tú las reconozcas por su sabor.
Ejercicios para el sentido del tacto
Elige seis objetos que tengas distintas texturas,
por ejemplo, un pañuelo de seda, un cepillo, una piedra, unas hojas de lechuga,
un libro y un poco de plastilina. Tócalos con los ojos cerrados procurando
memorizar sus texturas. A continuación, véndate los ojos y dile a tu pareja que
toque tu cuerpo suavemente con cada objeto para que tú los reconozcas. Luego,
dile que roce imperceptiblemente tu cuerpo con los objetos y date cuenta si
logras identificarlos.
Ejercicio
sensual para el tacto
Con este ejercicio aprenderás a identificar y a sentir
distintas partes del cuerpo de tu pareja por
la textura de su piel y no por su forma. Traza círculos muy pequeños – no más
grandes que 3 centímetros de diámetro - sobre la frente, el cuello, el pecho,
el estómago, la zona del vientre justo arriba de los genitales y la planta de
los pies. Percibe la textura y la cualidad única de la piel en cada zona.
Luego, con los ojos vendados, dile a tu pareja que acerque cada zona en un
orden diferente para que la identifiques usando esos mismos movimientos
circulares.
Ejercicios
para el sentido del oído
Cuando te encuentres en un centro comercial,
siéntate a comer o a tomar algún jugo de tu predileccion. Cierra los ojos por
varios minutos mientras te enfocas en los sonidos del lugar. Nota las voces de
la gente hablando alrededor, las palabras que dicen, los ruidos más allá en un
pasillo, el zumbido del lugar. Poco a poco irás apreciando una gran riqueza de
sonidos y entonaciones.
Ejercicio sensual para el oído: Tu pareja se
acostará cerca de ti, pero sin tocarte y comenzará a susurrar palabras y frases
eróticas. Solamente escucharás, notando la cualidad de su voz, la entonación y
la intención detrás de sus palabras. Nota también el efecto que sus palabras
tienen en ti. Todo esto forma parte del proceso de
comunicación entre una pareja. Después de
unos cinco minutos no habrá más palabras, sólo dedíquense a observar su propio
silencio interior, concentrándose en el latido de sus propios corazones. Si
aparece algún pensamiento o diálogo interior, déjalos pasar, como si fueran
nubes en el cielo. Esta toma de consciencia es esencial para conocerte y darte
cuenta de las necesidades de tu pareja, en especial, cuando estás totalmente
inmerso y entregado a la experiencia del placer.
Ejercicios para el sentido de la vista
La vista suele estar saturada por los estímulos
diarios, provenientes del entorno, la televisión y la computadora. Para
descansar la vista, coloca las palmas de tus manos sobre los ojos, como si
ambas formarán unos cuencos sobre ellos, sin tocarlos. Abre los ojos dentro de
la oscuridad que crean tus manos. Si hubiese algún pequeño orificio por donde
entra la luz, cierra esa parte, hasta que haya completa oscuridad. Permanece
allí, rodeado por esa oscuridad unos tres o cinco minutos. Luego, abre los
ojos, y parpadea unas cuantas veces de forma rápida.
Observa en la noche, con las luces apagadas,
la luz de una vela. Enfoca al inicio tu vista en la llama y luego sigue
observándola, pero esta vez con la visión desenfocada. De esta manera, podrás
centrarte suavemente en la vela a la vez que sientes que te conectas con tu
propia luz interior.
Ejercicio sensual
para la vista: Pide a tu pareja que se acueste desnuda sobre la cama. La
habitación estará iluminada por varias velas o por una lámpara que dé una
cálida tonalidad al lugar. Observa el juego de luces y sombras resaltando los
contornos y formas de su cuerpo. Nota los distintos colores y texturas con la
vista. Observa la suavidad o rugosidad del cuerpo únicamente con tus ojos. Toma
consciencia de la belleza de las formas, la armonía presente en la totalidad
del cuerpo, más allá de los estándares de belleza que nos dicta la cultura o la
publicidad. Disfruta admirando la esencia de ese ser que amas. Nota como todo
vibra con colores y tonalidades más intensas, como todo el lugar parece
irradiar una nueva luz,
energía y vitalidad.
Lo esencial de estos ejercicios es practicarlos a través del
tiempo para poco a poco conocernos mejor como pareja. A sí mismo es sin duda importante desarrollar
una relación apasionadamente afectiva, con comunicación asertiva y con una
mente consiente de lo valioso de ese otro ser humano con el cual vivimos y
compartimos. No debemos rendir nuestro deseo de tener una relación de pareja
apasionada a través del tiempo, y a través de las diversa etapas de la relación
es solo cuestión de reaprendernos con humildad y una profunda curiosidad.
Gracias Dra. Rivera!
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