Cuando compramos para llenar nuestro vacío emocional
Por: Naychaly
Rivera Nieves, M.Psych Tel.787.667.9359
|web: www.piensapr.com
Psicóloga
Consejera
Directora Clínica Centro Piensa Psicología
Innovadora
La sociedad moderna es constantemente invitada y seducida por la visión idealizada de
que a través de las compras se recibirá felicidad,
reconocimiento y satisfacción. La
publicidad estimula constantemente el sentido de urgencia, se promueven las
soluciones a problemas complejos con propuestas simples, se promueve el sentido
de afiliación, es decir, hacer creer y sentir a las personas que son “parte de
algo”. De esta forma los individuos van
torciendo la visión entorno al uso adecuado del esfuerzo de su trabajo, es decir el dinero. Poco a poco las personas se hacen presa de
sus impulsos de consumo. En relación a
esto La Universidad Pontificia de Chile publicó los factores que
contribuyen al origen y mantenimiento de la adicción a las compras indicando
que estos factores son la existencia de insatisfacciones vitales, frustraciones
y otros problemas psicológicos que buscan salida y se proyectan a través del
consumo y de la adquisición de cosas nuevas.
En otras palabras
la compra compulsiva es un escape a las insatisfacciones emocionales de hombres
y mujeres. La compulsión, en el caso de la compra, es la necesidad urgente de
adquirir ese algo que le hace sentir por un momento la sensación de felicidad.
Esta sensación viene seguida de un sentido de culpa inevitable dado que conscientemente
el individuo reconoce el sentido de infelicidad y vacío que le llevó a cometer
el acto inicial de compulsión. Así mismo
a esto se le suma un problema financiero crítico y la pérdida de vínculos
significativos con amigos y familiares. Entonces, es de suma importancia
aprender a vivir con lo que tenemos en gratitud y divorciándonos del consume
excesivo.
En Puerto Rico el
fenómeno aparenta ser agudo dada que la tendencia de asociar la compra con un
hobby es generalizada tanto en personas maduras como personas jóvenes. Lo que significa que el gastar el dinero en
salidas a los centros comerciales es una actividad para invertir el tiempo de
ocio. Sin duda, en nuestro país existe
una distorsión generalizada en relación a la importancia del ahorro, la búsqueda
de actividades de enriquecimiento personal y espacios en los cuales la interacción
social sea dirigida a la unificación de lazos afectivos de persona a persona a través
del dialogo y actividades físicas que estimulen la salud.
Debemos
identificar si como individuos estamos en una conducta adictiva a la compra.
Una conducta adictiva a la compra tiene tres rasgos:
Tolerancia (necesidad de consumir cada vez más para lograr la misma emoción)
Tolerancia (necesidad de consumir cada vez más para lograr la misma emoción)
Síndrome de
abstinencia (cuando no
se puede satisfacer el deseo existe ansiedad, enojo, frustración constante)
Pérdida del
control (incapacidad de frenar en el consumo).
Abordar el tema si tienes un familiar
El enfrentar a la persona con su conducta de manera
delicada y asertiva puede ser de beneficio. Dialogue sobre los problemas que
enfrenta la persona sin establecer juicios, más bien escuchando con
empatía. Es excelente que establezca un
grupo pequeño pero efectivo que sea una red de apoyo para los momentos en que
ve que la persona está cercana a recaer.
Si a pesar de estas ayudas la persona no hace cambios, no se desaliente, recuerde
que los resultados de este dialogo va a depender
en gran medida del nivel de introspección
y deseo de cambio de quien recibe el consejo o ayuda. En tal caso debe
recomendar a la persona que acuda a buscar ayuda profesional para trabajar con
su problema dado que el problema de consumo excesivo puede tener una raíz en algún
problema de salud mental como lo es la depresión.
Consejos o
recomendaciones
Las personas
que están en un comportamiento de gasto excesivo deben ser desalentadas y
orientadas sobre las consecuencias negativas que trae el gasto excesivo a largo
plazo.
Hable con la persona de aquellas situaciones emocionales
que no haya superado
Establezca alternativas recreativas saludables e incorpore nuevos amigos.
Evite cualquier a cualquier costo salir sin compañía a
gastar más bien lleve un acompañante que le ayude a mantener el control
Limite su acceso a sitios de internet relacionados a
la compra
Establezca una
lista sobre aquellas cosas que son necesarias y establezca un nivel de
prioridad.
Establezca actividades en las cuales el gasto excesivo
o consumo innecesario no sea la finalidad
Solo lleve un cantidad de dinero mínima al centro
comercial y no acepte tarjetas de crédito de tiendas exclusivas.
No acuda los centros comerciales para trabajar
problemas de autoestima, rupturas u otras condiciones emocionales dado que
terminara con mayor cantidad de problemas no solo emocionales sino que a su vez
económicos.
Comentarios
Publicar un comentario