Por: Naychaly Rivera Nieves
Las emociones son manifestaciones
universales bien importantes que representan el estado interior de los seres humanos. Sin embargo, pasamos la mayor parte del
tiempo pensado que tenemos que suprimirlas o controlarlas. Decimos con total seguridad es que “yo no puedo controlar las
emociones” es como si de alguna manera las emociones tuvieran vida propia y
esto se debe a que por mucho tiempo la mayoría de las personas han pensado
sobre la mente y el corazón como entes separados.
Hoy día, a través de la
neuropsicología y las tendencias psicoterapéuticas más modernas, sabemos que
esto no es así. La clave principal es que salgamos de nuestro proceso
automático de vida y comencemos a tener una mente plena y despierta a través de despertar y estar conscientes. En
investigaciones realizadas en este mismo año en la universidad de España y
fruto del reciente interés en el campo de la psicología positiva, se ha
encontrado que las emociones positivas tienen la propiedad de ampliar los
repertorios de pensamiento y de acción de las personas, así como de construir
recursos físicos, psicológicos, intelectuales y sociales disponibles para momentos
futuros en la vida. Cuán importante es poder comprender nuestras emociones
aceptando las mismas y comprometiéndonos a trabajar con ellas como parte
integral de nuestra vida.
En primer lugar, toda emoción
debe ser reconocida y comprendida más allá de pasar un juicio negativo sobre la
experimentación de las mismas. Por
ejemplo, una preocupación ante un evento importante es un buen sinónimo de
ansiedad, pero la ansiedad en su versión positiva es igual a la motivación. Sí, la motivación para que
todos y todas podamos ocuparnos previamente de prepararnos bien para ese evento,
o situación a la que no estamos acostumbrados.
Igualmente, el miedo en su versión positiva es un buen amigo; dado a que
te ayuda a poder ser precavido y evitar situaciones que pongan tu vida o la de
otros en riesgo. Otra emoción
interesante es la frustración, cuantas veces sentimos esta emoción y la mayor parte del tiempo nos sentimos paralizados, pero la frustración es una señal
inminente de que tenemos que activar la creatividad en nuestras vidas. Es decir,
si el ser humano no hubiese sentido frustración, jamás se hubiesen creado
inventos tan simples como una silla, un teléfono o cualquier otra cosa que nos
hace la vida más simple. Una emoción que todos podemos reconocer con facilidad
es el coraje o enojo, pero esta es un señal inmensa de que se tiene que tener
valentía para reconocer que hay que hacer un cambio en la interacción con la
otra persona o situación. La tristeza, a la cual con mucha facilidad
describimos como depresión y le restamos importancia, es vital dado a que tiene
como propósito principal en nuestra vida la sensibilidad ante otros. Incluso,
la felicidad tiene su espectro negativo, pues nos puede llevar a entrar en
situaciones de riesgo tales como gastar todos nuestros recursos económicos,
consumir exceso del alcohol u otras conductas que ponen en peligro nuestra
vida. También, la felicidad que muchos
indican decir que no existe o que no se puede tener completa…, tiene otra
versión positiva que es la contemplación o sentido de bienestar y de estar
completo. Nuestro trabajo es identificar
cual es la emoción especifica que sentimos para de esta forma encontrar la guía
y norte de cuál es nuestro próximo paso.
Reconocer nuestras emociones puede ser de gran ayuda en
todas nuestras relaciones interpersonales pues vamos a estar consientes y bien
dirigidos del curso de acción positivo que demos tomar. Si bien, nos permitimos mantenernos
estancados en el lado negativo de las emociones, perdemos la gran oportunidad
de crecer y explotar nuestro potencial. Un ejemplo de esto, es que puedes estar
sintiéndote frustrado en tu relación de
pareja, y la raíz de esta frustración posiblemente es que necesitan ambos añadir
creatividad a esa relación. Si llevas demasiado tiempo preocupado más bien
comienza a ocuparte de aquello que si puedes hacer y está en tus manos. Ésa es
la única solución, ocuparte y prepararte a ti mismo pues eso es lo único que
puedes controlar. De hecho, si reconoces
lo ideal de esta forma de pensar, te darás cuenta que todo evento está en las
mejores manos… En las tuyas!
No importa, lo que experimentes a través de la
vida si realmente aprendes a manejar y
transformar tus emociones. Toda emoción
tiene una razón importante de ser en tu vida. El quedarte estancado o estancada
todo el tiempo es como si vivieras en el espectro de colores oscuro y olvidaras
las infinitas posibilidades que nos permiten las tonalidades de colores vivos y
llenos de luz. Si aprendemos a reconocer las emociones en
nosotros mismos, tenemos la mejor herramienta para las situaciones de vida que
enfrentamos en el día a día. Por eso es importante aprender, educarnos y sobre
todo saber que si desde el momento en que comenzamos a tener vida sentimos
emociones, es porque tenemos la capacidad para poder manejarlas. En ocasiones,
solo necesitamos algunas herramientas para poder guiarnos en nuestro camino
hacia el buen vivir, o mejor conocido como bienestar
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